La espina bífida se trata de una malformación congénita en la que existe un cierre incompleto del tubo neural al final del primer mes de vida embrionaria y posteriormente, el cierre incompleto de las últimas vértebras.
Una de las principales causas de su aparición es la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al embarazo y en los tres meses siguientes, aunque en otras ocasiones su causa es desconocida(5%). Se trata de una enfermedad no hereditaria y lo único que se podría heredar sería la dificultad de la madre para procesar el ácido fólico, lo cual es inusual. Podemos distinguir dos tipos de espina bífida : la espina bífida oculta y la abierta o quística.
ESPINA BÍFIDA OCULTA: aparece un peqqueño defecto o abertura en una o más vértebras. La médula espinal y los nervios no están afectados. Muchas personas que la tienen no lo saben hasta que alcanzan una edad adulta en la que aparecen síntomas como debilidad en las extremidades inferiores, atrofia de una pierna o pie, escasa sensibilidad, alteración de los reflejos, incontinencia de orina o heces o retención, deformidad de pies o diferencias de tamaño.
ESPINA BÍFIDA ABIERTA: es el diagnóstico de tipo más grave, la lesión suele apreciarse claramente como un abultamieento, en forma de quiste, en la zona de la espalda afectada. Podemos distinguir varios tipos :
- Meningocele y lipomeningocele: son las menos frecuentes. Son las formas menos frecuentes. Una o más vértebras presentan una abertura de la que asoma un quiste lleno de líquido cefalorraquídeo que contiene parte de las meninges pero no los nervios espinales. Sus secuelas son menos graves, tanto en las funciones motoras como urinarias.
- Mielomeningocele: es una masa quística formada por la médula espinal, las meninges o las raíces medulares acompañadas de una fusión incompleta de los arcos vertebrales (debido a un trastorno congénito o "defecto de nacimiento"), que se pueden localizar en cualquier sitio a lo largo de la columna vertebral, en el que la columna y el canal medular no se cierran antes del nacimiento, lo cual hace que la médula espinal y las membranas que la recubren protruyan por la espalda del niño. Es la más frecuente y la más grave. Aunque no es una enfermedad mortal, produce graves daños neuronales, entre ellos, hidrocefalia y discapacidades motrices e intelectuales en el niño. Sintomatología: parálisis total o parcial de las piernas, con la correspondiente falta de sensibilidad parcial o total y puede haber pérdida del control de la vejiga o los intestinos. La médula espinal que está expuesta es susceptible a infecciones como puede ser la meningitis. Ocasionalmente la médula espinal y los nervios quedan al descubierto por lo que es necesario cerrar quirúrgicamente la abertura en cuanto el bebé nazca para evitar una infección.
TRATAMIENTO ANTES O DESPUÉS DEL NACIMIENTO
No
hay cura para el daño causado por la espina bífida, pero hay
tratamientos para reducir el grado de lesión. El tratamiento por
cirugía, se puede realizar antes o después del nacimiento. Sin embargo,
si la espina bífida se diagnostica durante el embarazo, lo ideal es
llevar a cabo la cirugía fetal.
El objetivo de la cirugía es cerrar la abertura de la columna,
protegiendo la médula expuesta para prevenir más daños en el tejido
nervioso y para prevenir la infección. Durante la cirugía la espina y
las raíces nerviosas se ponen de nuevo al lugar de origen, en la columna
vertebral.
Finalmente, me gustaría contaros una experiencia que he escuchado. Se trataba de un niño que acudía al médico reiteradas veces acompañado de su padres por el hecho de mearse en la cama. Este no era copaz de controlarse y el diagnóstico era que tenía espina bífida, ya que como habíamos visto la incontinencia urinaria era uno de los síntomas más comunes. Aquí podemos ver una ecografía de un feto con espina bífida y mielomeningocele en el embarazo (21 semanas). Recordar también que la ingesta de ácido fólico por parte de la madre podría disminuír los efectos en el recién nacido.
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