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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Angioplastia coronaria

Cuando padecemos una enfermedad coronaria, lo que sucede es que en las paredes de las arterias de nuestro corazón se acumulan placas ateromatosas, es decir, colesterol y grasas. Lo que se obtiene de esta acumulación es una falta de irrigación sanguínea a las diferentes partes del corazón. Es en este punto cuando, si no se trata, podremos sufrir anginas de pecho o, en el peor de los casos, infarto de miocardio.
Dependiendo de el estado de nuestras arterias, se podrán llevar a cabo tres procedimientos: tratamiento con medicación, angioplastia coronaria o cirugía cardíaca con by-pass.

Vamos a centrarnos en la angioplastia coronaria. En este caso, lo que se pretende es introducir por una arteria (generalmente radial o femoral) una guía de alambre que nos permitirá llegar a las arterial coronarias. Una vez que la guía ha llegado al punto deseado, se introduce un catéter especial. Decimos que es especial porque nos permitirá, a través de el, inyectar contraste para así observar a través de un monitor la sección de la arteria que se encuentra obstruida. A continuación, se procede a introducir el balón: este nos permitirá abrir la zona obstruida inflándolo. Una vez que se ha hecho hueco en la zona de arteriosclerosis, se introduce una malla metálica conocida como stent, el cual nos permitirá mantener la zona abierta.
La angioplastia es un proceso bastante rápido en el cual el paciente permanece despierto durante la intervención. En cuanto a las complicaciones suelen darse después de la intervención, pues en los primeros días existe un porcentaje bastante alto de reestenosis.
Para terminar, os dejo un vídeo en el que se puede observar muy claramente todo este proceso. Y recordad, llevando una vida saludable libre de tabaco y otras sustancias, podremos evitar esta enfermedad coronaria, ¡Cuidad vuestros corazones!

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