El labio leporino es un defecto congénito manifestado por una fisura en el labio superior de la cara, que se prolonga hasta la fosa nasal en la mayoría de los casos. Dependiendo del grado puede ser una simple depresión en el labio o presentarse como hendidura total que puede afectar al paladar. Durante el embarazo el niño tiene varias zonas de su cuerpo abiertas que se cerrarán antes de nacer. Entre la semana 4 y 7 de embarazo se forman los labios y esta malformación se debe a un desarrollo facial incompleto por la fusión parcial del tejido del labio y el maxilar en el embrión. Este tipo de enfermedad representa el 15% de las malformaciones congénitas al nacer, se presenta con bastante frecuencia y en muchas ocasiones está acompañando del paladar hendido ya que la fisura si se extiende llega a dividir la encía y el paladar, para esto se utiliza el nombre de FLAP (fisura labio-alveolo-palatina).
Esta enfermedad puede estar asociada a un síndrome o presentarse de forma aislada. El labio leporino no representa un gran problema para el desarrollo de las funciones vitales del niño, sin embargo debido a la función emocional y psicológica de la cara este tipo de malformación es representa una gran preocupación para las familias. El miedo al rechazo del bebé es una de las principales razones de la preocupación de las familias. La fisura en el labio se puede presentar como un corte pequeño o grande y en uno o ambos lados del labio, también se puede encontrar en el centro aunque es infrecuente.
El tratamiento para los niños con fisura labial depende el la gravedad de la hendidura y de si está asociado o no a otros defectos de nacimiento. Para corregir el labio leporino se utiliza cirugía, varias cirugías en los primeros años de vida del niño por cirujanos maxilo-faciales, plásticos y dentistas. La recomendación es que el labio leporino se corrija antes de los 12 meses de vida ya que esta cirugía además de cambiar la apariencia del niño mejora la respiración, el habla y el lenguaje de este. Estos niños también pueden necesitar tratamientos dentales o de ortodoncia y terapia de habla.
Normalmente la secuencia de tratamiento es: diagnóstico al nacer, ortopedia intraoral, intervención de labio a los 2 y 5 meses, revisiones de habla y hábitos orales, entre los 2 y 3 años y demás cirugías que sean necesarias.
Como este tipo de malformaciones demanda varios servicios existen equipos multidisciplinario formados por médicos y otro personal sanitario de distintas especialidades para orientar a la familia en el tratamiento del niño. Normalmente los niños con hendiduras orofaciales que han recibido tratamiento obtienen buenos resultados llevando una vida completamente normal.
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